"Y cuando Dédalo, con toda su sabiduría e inteligencia, ufano de su gloriosa ciencia,
vio bajar el sol, descubrió su sombra, negra, aciaga, creciente, voluptuosa, y
entonces entendió que él también estaba allí."

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sábado, 8 de febrero de 2014

LOCOS POR MAMÁ

Locos de contento porque la madre existe, porque está ahí desayunándose las ganas de matar a alguno de esos que no le han dejado dormir, mientras luego prepara los desayunos y los coloca ceremoniosa en las mochilas alineadas para la batalla.
Locos de alegría porque la mamá existe, porque los llamó a una hora en que ellos querían estar durmiendo, cuando después gentilmente ellos lloran ante un vestuario no consensuado, hasta exasperar los nervios apenas despiertos de la mamá preparada ya de antemano.
Locos de placer porque la mamá duerme, porque es el momento en que bajo la suave sábana ellos meten sus cuerpecitos entre los intersticios de su cuerpo blandito y rellenan todos los espacios hasta formar una bola compacta e indivisible donde los latidos forman una música deliciosa que se inmiscuye en los sueños arteros.
Locos de gozo porque la mamá está allí a la hora imprevista, a la hora inesperada, a la hora fatídica, a la hora precisa, para consolar el olvido del bocadillo, el olvido del lapicero, el extravío de la cola de la cometa, o algún indicio de una enfermedad perentoria.
Locos de júbilo porque la mamá sonríe antes de destapar la bandeja del almuerzo, porque la mamá tiene oídos para un no-me-gusta, para todos los no-quiero-garbanzos, y para algún no-tengo-hambre, y se enfada con la cara monótona del amor incomprendido, y a veces grita para no ser escuchada y se enoja para no ser consolada por los demonios del descontento.
Locos de regocijo porque la mamá ha tenido la idea de ir a la fiesta de los niños, y antes de haber marcado la hora del comienzo, ellos fueron a rastras porque no quisieron el peine, ni el zapato de puntera, y porque el vestido rosa estaba aún en la lavadora.
Locos de ensueño porque la mamá dijo basta, porque aquel día ella se sentó en el sofá y dijo hoy-no-cuenten-conmigo, y ellos se rieron y la besaron en la mejilla colorada del sopor del anuncio, para comprobar, cosquilleando sus costados y haciendo muecas omnímodas de descreídos, que ella finalmente se ríe y los besa y se levanta y juega con ellos un día más que es como un año en sus vidas elásticas pero confortables.

Y entonces la mamá entiende que ellos, de verdad, sí que están locos. 

2 comentarios:

  1. ¡Qué bello homenaje Joene! Quién no se ve reflejado en ese peine amenazador o en el vestido rosa en la lavadora? Los ya clásicos, casi célebres, como las citas de Borges: -"No quiero", "no me gusta"... y ellas siempre al pie del cañón. Precioso! Abrazucu apretadín desde Villa de Rayuela!!

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  2. Ala!! A los lagrimones en pleno domingo!!! Hermoso, emocionante y reflexivo. Si es que te ha salido redondo, puñetero! Abrazo de madre, de los que estrujan las costillas y se rematan con un "Abrigáte, que está fresco"

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